La gestión política del imperio
azteca estaba en manos del Tlatoani y de los consejos nobiliarios. Los nobles tenían competencias
administrativas, judiciales y ceremoniales.
Al estar estratificada la sociedad azteca en nobles y plebeyos, es
lógico que un grupo privilegiado ejerciera el poder del gobierno, de entre los
nobles destacaba el Gran Tlatoani (el
que habla), quien era el máximo jefe de México-Tenochtitlán y capitán del
ejército. Era electo por el gran consejo
o Tlatocan, se le llamaba también tlacatecuhtli o jefe de guerreros.
Las formas de elegir al Gran
Tlatoani fueron cambiando, aunque se tratara de una dinastía a principios del
siglo XVI el cuerpo colegiado que elige al emperador estaba formado por:
·
Tlacuhtlaloque, un
grupo de 13 dignatarios supremos.
·
Achcacauhtin o
funcionarios de rango secundario que representaban a los barrios o calpules.
·
Los militares activos.
·
Los militares
retirados.
·
Tenamacazque o guías
espirituales.
El gran tlatoani era electo por
aclamación. Al ser investido debía
pronunciar discursos elocuentes. Debía
aparecer ante el pueblo en todo su esplendor, con su vestido imperial y
coronado por una diadema hecha de triángulos de oro y turquesa. Debía portar además un manto azul verde,
joyas de piedra verde y un cetro en forma de serpiente.
El emperador era electo por los
grandes diganatarios, pero la doctrina oficial veía que en realidad había sido
electo por los dioses, en particular por Tezcatlipoca. El recién electo debía agradecer por ello a
los dioses. El Gran tlatoani era
considerado como padre y madre de los aztecas.
El segundo en el mando era el
Cihuacóatl o serpiente hembra, cuyas funciones eran de índole política y
religiosa. Este funcionario era familiar
cercano del gobernante. Por ejemplo,
Moctezuma I tuvo como Cihuacóatl a su hermano Tlacaeletzin.
Las atribuciones del Cihuacóatl
eran múltiples: era el juez supremo en los ramos militar y criminal, el
contralor de las finanzas reales e igualmente tenía la función de designar a
los guerreros que debían ser recompensados, organizar las expediciones
militares y nombrar a sus comandantes.
También convocaba al colegio electoral a la muerte del emperador y
fungía como jefe del estado en ausencia de éste.
Después del Cihuacóatl venían
cuatro grandes dignatarios militares que eran los principales consejeros del
Tlatocan. Dos de ellos normalmente eran
parientes del Gran Tlatoani. Otros
funcionarios de relevancia eran el Mexicatl ach cautli, jefe de los
funcionarios de la ciudad de México-Tenochtitlán; y el Uey Calpixqui, quien era
una especie de alcalde de la capital. Se
encargaba de dar instrucciones a los jefes de los calpulli y de dirigir la percepción de tributos.
El tlatocan era consultado para
tomar decisiones importantes: envíos de embajadores, declaraciones de guerra,
al principio el consejo estaba compuesto por un delegado electo en los
calpullis pero hacia la época de la conquista era el emperador quien nombraba a
la mayoría de sus integrantes. Se
trataba de una transición de la democracia tribal a la oligarquía. Pero hay que resaltar que los plebeyos podían
acceder a las altas dignidades ya que individuos que se destacaban por méritos
personales podían ascender socialmente.
Seguidamente venían los tecutli o
señores que eran los jefes locales y encargados de administrar las tierras y
organizar el pago de tributos. En la
última escala de los nobles estaban los pillis o nobles hijos quienes poseían
tierras particulares.
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